Monseñor Bokalic: “Qué cada casa sea un templo”


El obispo de Santiago del Estero, Monseñor Vicente Bokalic se comunicó con la feligresía santiagueña a través de un vídeo, para anunciar la suspensión de toda ceremonia religiosa por el riesgo del Coronavirus.

“Queridos hermanos de la diócesis de Santiago del Estero, me vuelvo a poner en contacto con ustedes para compartir en este momento algunos sentimientos, y pensamientos que brotan en los tiempos que estamos viviendo. Acaba de salir la comunicación del Gobierno de Santiago del Estero, en la que se suspenden todas las celebraciones religiosas, de nuestros templos o fuera de ellos, esto es para nosotros y también para otros cultos y religiones. La medida es para evitar todo tipo de concentración y amontonamiento de gente. Como siempre hemos dicho, somos muy dóciles a las disposiciones tanto nacionales, provinciales como municipales, estamos en comunicación permanente para acompañar estas medidas y prevenir males mayores. Vivimos tiempos difíciles, lo escuchamos al papa que está allí con un Vaticano vacío y ya anticipó que así se celebrará la Semana Santa, a nosotros esto nos cuesta entender pero son los tiempos que el Señor permite que vivamos, nunca hemos vivido con esta magnitud un virus que se va extendiendo y deja séquelas muy grandes. ¿Qué nos dice todo esto, cuál es el mensaje que podemos sacar? Quizás que podamos caer en tristezas en alguna angustia, en aislamiento. Es un primer momento en donde nos brota esa oración que aparece tantas veces? ‘El Señor es mi refugio, es mi fortaleza, es mi roca, Él no me va a dejar solo. El Señor es nuestro consuelo, nuestro fundamento, en él vivimos, nos movemos y existimos’, como hermosamente le decía Pablo a los atenienses. Tenemos que darnos este tiempo para encontrarnos con el Señor, es una oportunidad especial de volver a la fuente de nuestra fe.

‘El Señor es nuestro refugio, el Señor no nos abandona’, esa frase del evangelio de Mateo cuando envió a los discípulos a la misión ‘Yo estaré con ustedes hasta el final del mundo’. Es un momento especial para nuestras familias. ¡Qué cada casa sea un templo! Todas nuestras casas tienen un altarcito, nuestros santitos, aquellos a que amamos tanto y les confiamos nuestras alegrías y tristezas y es un momento especial para que estemos juntos, rezando, leyendo la palabra del Señor, comunicándonos.

Qué cada familia sea un templo, un templo de encuentro, de comunión de animarnos mutuamente. Y también es un momento para no aislarnos de los demás, estar mas atentos a la necesidad de los hermanos ¿Cuántos abuelos, cuantas personas desprotegidas necesitan algún tipo de presencia nuestra? Sea una oración, una visita prudente, algún gesto que sientan nuestra presencia para poder llegar al corazón de los hermanos.

Como Iglesia los vamos a acompañar, vamos a crear gestos nuevos, para que en medio de esta prueba nos ayude a moderar nuestra fe. Yo estoy rezando cada día por ustedes, especialmente por los que están más necesitados. El Señor es nuestro refugio, él no nos abandona y que la Virgen de Sumampa, nuestra madre protectora, la Virgen del Valle, nos ayude mucho. Ella escucha a su pueblo fiel y que la Mama Antula, nos ayude también a atravesar este camino”.