“La Resurrección nos llama a ser artesanos de esperanza”: el mensaje de Pascua de los obispos santiagueños
En el marco del Jubileo 2025, los obispos de Santiago del Estero renovaron el llamado a la esperanza y al compromiso cristiano con los más sufrientes. “La Pascua nos impulsa a ser luz en medio de las tinieblas”, señalaron.
Con un mensaje cargado de espiritualidad y compromiso social, el arzobispo de Santiago del Estero, Vicente Bokalic CM, junto al obispo de Añatuya, José Luis Corral SVD, y el obispo auxiliar Enrique Martínez Ossola, compartieron su saludo de Pascua 2025 a las comunidades de la provincia. Bajo el lema “¡El Señor ha resucitado, Él es nuestra Esperanza Viva!”, los prelados invitaron a vivir esta celebración como un tiempo de renovación profunda en la fe y en las acciones cotidianas.
En un año especialmente significativo para la Iglesia por la celebración del Jubileo 2025, los obispos propusieron un camino de “peregrinación de la esperanza”, siguiendo el ejemplo de los primeros discípulos y mujeres que, en la madrugada del Domingo de Pascua, se encontraron con el misterio del Cristo resucitado.
“La resurrección de Cristo es la victoria definitiva sobre la muerte, es el fundamento de nuestra esperanza, es el corazón del mensaje y vida cristiana”, afirmaron. En esa línea, destacaron que esta certeza de fe no es una idea abstracta, sino una fuerza transformadora que interpela la vida personal y comunitaria, aún en medio del dolor, la incertidumbre o la oscuridad.
El mensaje también tuvo un fuerte contenido social. Los obispos señalaron que la Pascua no puede vivirse con indiferencia ante “el sufrimiento de nuestros hermanos”, especialmente aquellos que atraviesan situaciones marcadas por “la pobreza, la injusticia, la enfermedad, la soledad o la exclusión”.
“La esperanza es un regalo de Dios, y es la luz que nos permite seguir adelante, incluso en los momentos más oscuros”, expresaron. Y añadieron: “Como cristianos, la esperanza nos moviliza a no resignarnos a quedar encerrados en los sepulcros del egoísmo y de la indiferencia”.
Con un tono pastoral y a la vez comprometido, los obispos invitaron a asumir gestos concretos de cercanía, consuelo y solidaridad. “Muchos esperan una palabra que anime y levante, la mano que consuele y sane con ternura, haciéndoles redescubrir la dignidad que siempre han tenido como hijos de Dios”, remarcaron.
Finalmente, el mensaje concluyó con una invocación especial a María, “Madre de la Esperanza”, como guía en este camino pascual. “Ella, que estuvo al pie de la cruz, también nos muestra el camino de la esperanza que no decepciona”, afirmaron.
Con un llamado a vivir la fe de forma encarnada en la realidad cotidiana, el mensaje pascual renovó el compromiso cristiano de ser “testigos de un amor que vence la muerte” y portadores de paz, alegría y unidad en un contexto social marcado por las polarizaciones y la confrontación.
“¡Feliz Pascua de Resurrección!”, concluye el mensaje que, como cada año, busca renovar la fe del pueblo santiagueño desde el corazón del Evangelio.