Celebrando 55 años de historia: el legado del bar “El Gordo Chico” en Santiago del Estero
Hoy, 14 de abril de 2024, marca un hito especial en los corazones de aquellos que alguna vez cruzaron las puertas del emblemático Bar “El Gordo Chico”. Con 55 años de trayectoria, este establecimiento ha sido mucho más que un simple lugar de encuentro; ha sido testigo y protagonista de innumerables historias y momentos inolvidables para generaciones enteras.
La saga comenzó en 1948, cuando la familia Pecora Russo emigró desde Europa escapando de los estragos de la guerra, buscando un nuevo hogar y una nueva esperanza en tierras argentinas. Tras establecerse en Santiago del Estero, alquilaron un campo para labrar un futuro próspero. Sin embargo, en 1969, el destino les presentó una oportunidad única: el alquiler del Bar Messina, ubicado en la Av. Belgrano, frente al Ministerio de Salud.
Guiados por el espíritu emprendedor de Giacomo Pecora y Mariana Russo, junto a su hijo Francisco “Chicho” Pecora, el negocio dio un giro trascendental. De tamberos a kioskeros, ofrecieron café con leche preparado con la leche fresca de la familia Muratore, además de los famosos sándwiches de milanesa, que con el tiempo se ampliaron con variantes de jamón crudo y queso, conquistando los paladares de toda la comunidad.
En los años 70, un cambio en el entorno llevó al cierre de la acequia de la Belgrano, pero esto no detuvo el espíritu emprendedor de la familia. Adquirieron un terreno diagonal al antiguo local, donde reinstalaron el bar, que con el tiempo adoptaría el nombre de “El Gordo Chicho”. Este cambio de nombre marcó la transición generacional, ya que los fundadores entregaron el legado a su hijo y nuera, María Romano, quienes continuaron con el compromiso de brindar un servicio excepcional y un ambiente acogedor.
A lo largo de estas décadas, “El Gordo Chico” se convirtió en mucho más que un lugar para tomar un café o comer un sándwich; se convirtió en un punto de encuentro, un espacio donde convergen personas de todas las edades y profesiones. Aquí, se forjaron amistades, se celebraron logros y se compartieron sueños.
En este día especial, queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento a todos los que han sido parte de esta hermosa historia. A aquellos que nos eligieron como su lugar de reunión, a los niños que crecieron entre nuestras mesas y hoy son profesionales destacados, a los empleados del Ministerio y de los lugares cercanos que nos honran con su visita, y a todas las familias que nos confiaron sus momentos más preciados.
¡Felices 55 años, “El Gordo Chico”! Que esta fecha marque solo el comienzo de muchos más años de risas, camaradería y memorias compartidas.