El Gobierno nacional decidió extender los cortes de gas al menos hasta este viernes
La situación no tiene precedentes recientes. Hacía al menos 15 años que no se interrumpía el suministro de gas a usuarios (industrias y GNC) con contratos “en firme”, quienes pagan un precio más elevado justamente para no sufrir cortes. Y la situación continuará al menos hasta este viernes a las 14, según el Gobierno.
“El sistema está estable, pero se recupera lentamente, si liberamos corremos el riesgo que se desinfle de nuevo”, confirmaron fuentes oficiales ayer por la tarde. A la noche, sin embargo, llegó el detalle desde la Secretaría de Energía: “El Comité de Emergencia resolvió mantener hasta las 14 horas de este viernes 4 de julio las restricciones de suministro a estaciones de GNC e industrias, tanto en contratos firmes como interrumpibles”.
“Durante este período, se está aprovechando la disminución de la demanda residencial para presurizar el sistema y recuperar el linepack consumido, condición necesaria para garantizar la estabilidad del suministro en todos y cada uno de los puntos del país”, dijo la Secretaría de Energía. “El viernes por la mañana, el Comité volverá a reunirse para evaluar los avances. En función de la situación en que se encuentre el sistema, se comenzará a liberar consumos de manera gradual: primero los contratos firmes y, en última instancia, los interrumpibles”, cerró.
Energía advirtió que fue necesario adoptar “medidas extraordinarias” para garantizar el abastecimiento a los usuarios prioritarios del sistema: hogares, hospitales y escuelas.
Las causas de la situación crítica
¿Por qué se llegó al punto al que se llegó? El récord en el consumo de gas coincidió con una serie de fallas a lo largo de toda la cadena de suministro, desde la producción, donde se congelaron yacimientos, hasta el transporte y la distribución.
El Gobierno reconoció que esta coyuntura “vuelve a poner en evidencia los problemas estructurales que arrastra el sistema energético”, producto de la falta de inversión en las últimas dos décadas.
Si bien eso es cierto, la situación se habría agravado por la necesidad oficial de cuidar la caja. Analistas advierten que hubo demoras en reemplazar el gas por combustibles líquidos —gasoil, fueloil y carbón—, que son más costosos, en las centrales térmicas. Sin embargo, otros técnicos señalan que lo que quedó de gas no se podía pasar a líquidos o no había transporte disponible para ello.
En el plano productivo, las bajas temperaturas afectaron el funcionamiento de algunos yacimientos en Vaca Muerta. El frío paralizó muchas plantas compresoras, esenciales para inyectar el gas en el sistema. La industria señala especialmente los yacimientos La Calera, de Pluspetrol, y Aguada Pichana, de TotalEnergies, que aportaron menos gas del previsto entre el domingo y el lunes.
Como consecuencia, el gasoducto Perito Moreno (ex Néstor Kirchner), operado por TGS, estuvo transportando apenas el 70% de su capacidad.
El menor volumen de gas también se evidenció en la planta compresora Churrón, cerca de Tandil, desde donde la distribuidora Camuzzi recibe el fluido para abastecer a Mar del Plata y al partido de La Costa.
Situaciones similares se registraron días atrás en otras localidades como Villa La Angostura y San Martín de Los Andes, en Neuquén, y en Lago Puelo y Trevelin, en Chubut.
A diferencia de la electricidad, el gas no puede reconectarse de manera automática. Cada medidor debe ser revisado y habilitado individualmente por personal técnico autorizado, debido al riesgo de fugas.
Un sistema en tensión
La semana más fría en los últimos 34 años volvió a exponer la fragilidad del sistema energético. Este año, las temperaturas extremas en todo el país provocaron un aumento del 25% en el consumo de gas en comparación con el invierno pasado.
A diferencia del petróleo, el consumo residencial de gas varía según la estación: durante el invierno, la demanda se quintuplica, y el volumen total consumido en el país pasa de 130 a casi 190 millones de metros cúbicos diarios. Este total incluye también el consumo de las centrales térmicas, industrias y estaciones de GNC, que mantienen una demanda más estable a lo largo del año.
Para enfrentar estos picos invernales, el sistema energético recurre a tres estrategias principales:
1. Importaciones de GNL. Se incrementan las compras de gas natural licuado (GNL), que llega en buques al puerto de Escobar. Estas importaciones continuarán en los próximos años, pese al crecimiento sostenido de Vaca Muerta, porque resulta antieconómico construir gasoductos para una demanda que solo se da durante tres meses.
2. Sustitución de gas por combustibles líquidos. En la generación eléctrica se reemplaza el gas por alternativas más costosas y contaminantes, como el gasoil y el fueloil. Esto incrementa el costo de la electricidad, que en invierno puede llegar a duplicarse en relación con el resto del año.
3. Cortes programados. Las distribuidoras interrumpen el suministro de forma selectiva. Esto afecta no solo a estaciones de GNC, sino también a industrias y a exportaciones a Chile, en forma preventiva.
Hasta el miércoles por la tarde, los cortes solo habían alcanzado a usuarios con contratos interrumpibles, que aceptan interrupciones para facilitar la gestión del sistema. Pero ante la prolongación de las temperaturas extremas, el Gobierno decidió extender los cortes también a industrias y estaciones de GNC con contratos no interrumpibles.
Las industrias con contratos “firmes, pero con ventana” ya habían sido afectadas entre martes y miércoles. Este tipo de contrato permite a la distribuidora reducir el suministro temporalmente hasta el mínimo técnico necesario para no dañar equipos. Entre los sectores impactados se encuentran el textil, el de bebidas, el maderero y el cerámico.