La Nueva Sede Primada, un hito de reparación histórica

En una decisión que resuena profundamente en el corazón religioso de Argentina, el Papa Francisco ha designado a Santiago del Estero como la nueva Sede Primada de la Iglesia en el país. Este anuncio no solo representa un acto de reconocimiento histórico, sino que también envía un poderoso mensaje de integración y justicia hacia las periferias, un tema recurrente en el papado de Francisco.

Santiago del Estero, la “Madre de Ciudades”, fue la cuna de la primera diócesis argentina, la Diócesis del Tucumán, establecida en 1570 por el Papa San Pío V. Sin embargo, por circunstancias históricas y políticas, la primacía eclesial se trasladó a Buenos Aires. Este movimiento fue visto por muchos como un reflejo de la centralización del poder, tanto en lo civil como en lo religioso. Hoy, el retorno de este título a Santiago del Estero es visto como una “reparación histórica” que equilibra esta balanza, devolviendo a esta región su lugar legítimo en la historia de la Iglesia.

Los obispos de Buenos Aires y Santiago del Estero han señalado que esta decisión del Papa Francisco no es solo un reconocimiento del pasado, sino una invitación a mirar hacia el futuro con una “mirada integradora del territorio nacional en un renovado propósito federal, aún desde la estructura eclesial”. Este mensaje resuena con una fuerza especial en un país donde las tensiones entre el centro y las periferias han sido una constante en su historia política y social.

La elección de Santiago del Estero como sede primada también subraya el enfoque del Papa Francisco en las periferias. En sus palabras, “los grandes cambios de la historia se realizan cuando la realidad se ve no desde el centro sino desde la periferia”. Este concepto, que ha sido central en su pontificado, cobra vida en este movimiento estratégico, que no solo es simbólico, sino profundamente pastoral. Francisco ve en las periferias una fuente de renovación y vigor espiritual que es esencial para la misión de la Iglesia.

Este anuncio también se produce en un momento de gran significado religioso para la región, con la reciente canonización de María Antonia de Paz y Figueroa, conocida como Mama Antula. Su vida y obra, centradas en la evangelización de los más desamparados, son un reflejo de los valores que el Papa Francisco promueve incansablemente: una fe vivida en servicio y humildad, enfocada en aquellos que están en las periferias sociales y espirituales.

Sin embargo, esta decisión también plantea un desafío para la Iglesia en Santiago del Estero. Ser la Sede Primada implica no solo un honor, sino una responsabilidad mayor en la conducción espiritual del país. En este sentido, la Arquidiócesis ha expresado su compromiso de asumir esta nueva etapa con “espíritu feliz y agradecido”, pero también con una firme determinación de liderar un “proyecto de evangelización integral”. Este proyecto buscará unir la predicación del Evangelio con la defensa de la dignidad de todas las personas, especialmente aquellas cuyas vidas y fe están amenazadas.

El Papa Francisco, en su encíclica Fratelli Tutti, nos recuerda que “si la música del Evangelio deja de vibrar en nuestras entrañas, habremos perdido la alegría que brota de la compasión”. Estas palabras resuenan con fuerza en el contexto de esta designación, invitando a la Iglesia en Argentina a renovar su compromiso con los valores evangélicos de justicia, paz y solidaridad.

En última instancia, esta decisión nos lleva a reflexionar sobre el significado de la fe y su lugar en la sociedad moderna. Al devolver la Sede Primada a Santiago del Estero, el Papa Francisco no solo reivindica una historia pasada, sino que también señala el camino hacia un futuro en el que la Iglesia, desde las periferias, juega un papel central en la construcción de una sociedad más justa y equitativa. La historia de la evangelización en Argentina, que comenzó en Santiago del Estero, encuentra hoy un nuevo capítulo, uno que invita a todos a “salir hacia las periferias” y a “primerear” en la construcción de un mundo más fraterno y humano.

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