Grisel Tamborro, la azafata contratada por orden de Alberto Fernández
Grisel Tamborro, una joven de 32 años que trabajaba como asistente de cabina en la aerolínea de vuelos privados Flyzar, se convirtió en el centro de un nuevo escándalo vinculado al expresidente Alberto Fernández. Su nombre salió a la luz en medio de las denuncias por violencia de género presentadas por Fabiola Yañez, ex primera dama, y los rumores de infidelidades que rodearon el mandato de Fernández.
Según informó Clarín, Alberto Fernández conoció a Grisel durante un vuelo chárter privado al exterior en plena pandemia de COVID-19, cuando el entonces presidente contrató los servicios de Flyzar para traslados presidenciales.
Tras este encuentro, en 2021, Alberto la contrató para trabajar en la Secretaría General de la Presidencia, específicamente en el área de “Salones y Eventos” de la Dirección General de Servicios Generales.
Su contratación causó polémica en los pasillos de la Casa Rosada, no solo por la forma en que fue incorporada, sino también por su comportamiento laboral. Según destacó Clarín, se reportaron frecuentes disputas con el personal y un fuerte altercado con una funcionaria, quien le reprochó sus habituales ausencias debido a que seguía trabajando como azafata. Además, se levantaron sospechas sobre el cobro de horas extras cuestionables.
A pesar de estos conflictos, Grisel se mantuvo en su puesto y más tarde fue trasladada a otra dirección dentro de la misma estructura de la Secretaría General. Su permanencia en el cargo llegó a su fin en febrero de 2024, cuando fue desafectada durante las primeras etapas del ajuste implementado por la administración de Javier Milei.
Más allá de su desempeño laboral, lo que captó la atención pública son las presuntas relaciones personales que Grisel mantuvo con el expresidente. Se supo que, en 2021, un secretario de la “pre-privada” del expresidente la convocó, un gesto inusual para una agente de bajo rango.
Asimismo, Alberto Fernández la recibió en la Quinta Presidencial de Olivos el 31 de marzo de ese año, en una visita nocturna que duró menos de una hora. Este tipo de encuentros, sumado a su reubicación en la Cancillería de un director despedido tras su intervención, alimentó las especulaciones sobre su cercanía con Fernández.
Además de su trabajo como azafata, Grisel Tamborro también se destacó como influencer en redes sociales, particularmente en TikTok, donde acumuló más de 10.000 seguidores. Sin embargo, tras la filtración de su vínculo con el gobierno de Fernández, decidió poner todos sus videos en privado para evitar los comentarios y la exposición mediática.