El Folclore para Adultos sigue sumando adherentes en La Banda
La academia “Rosario Francisco Carabajal” es la propulsora de las actividades que se realizan en el Gimnasio Municipal de la ciudad “Cuna de Poetas y Cantores”.
Con apenas dos años de vida ha logrado posicionarse entre las opciones del público al elegir un espacio para aprender a bailar nuestras danzas nativas. Se trata de un gran grupo que invita no solo a la recreación, en encuentros únicos durante la semana, sino también a la profesionalización.
Es la Academia “Rosario Francisco Carabajal” que impulsó para los adultos mayores un lugar especial. A cargo de los profesores Liz Bellido y Rubén Cuello, las actividades se realizan durante todo el año y pueden sumarse en cualquier momento. Las clases se brindan de 21 a 23 horas en el Gimnasio Municipal de la ciudad de La Banda.
Además, la institución ya se prepara para las propuestas más fuertes que tienen a cargo, que son la realización de los talleres. Relativo a ello, para el mes de noviembre tienen preparado lo que será el “Segundo Certamen Nacional Competitivo “Tusuypa Tantanacu”.
El 16, 17 y 18 de noviembre es la fecha confirmada para poder participar de este gran encuentro con academias de todo el país. Cabe recordar que durante el pasado mes de cada mes hubo una capacitación con reconocidos y prestigiosos profesores y bailarines, tales como el profesor Gabriel Armella, Pato Romero, entre otros.
Para más información sobre las actividades de la academia, anuales o capacitaciones, pueden enviar un mensaje o llamar al, 385-4-027-731.
Francisco Rosario Carabajal
La Academia lleva el nombre de Francisco Rosario Carabajal, nacido el 4 de octubre de 1897 en la ciudad de La Banda. Sus padres fueron Manuela Carabajal y Luciano Orellana. Con costumbres de otra época, dicho matrimonio había hecho un convenio, el primer hijo se llamaba Orellana, y el segundo Carabajal. Así fue que a Don Francisco le tocó ser Carabajal, y de ahí el origen del nombre que da vida a la familia más emblemática de la ciudad.
Francisco tenía por oficio la cestería (confeccionaba cestos y canastos), además era músico intuitivo, es decir que tocaba de oído. Aprendió de forma autodidacta a tocar el violín, la guitarra, el mandolín, y hasta la armónica.
Se enamoró de María Luisa Paz de Carabajal. Ella en el momento que se conocieron tenía 15 años. Luego contrajeron matrimonio y tuvieron 12 hijos. Allí comenzó la historia del linaje musical que dejó huella en la cultura musical de la ciudad.
En recuerdo a Francisco, la academia lleva su nombre. No solo con el propósito de trascender, también de continuar ese legado intuitivo de las costumbres folclóricas en la ciudad.