Trabajadora sexual atacó a tiros a un adolescente con el arma de un policía

Una trabajadora sexual era buscada intensamente anoche por la policía, acusada de robarle la pistola reglamentaria a un cliente policía, pelearse, destrozarle el parabrisas de su automóvil y acabar su madrugada de espanto hiriendo de gravedad con un tiro a un adolescente.

Allí se cimentaba la base de un proceso que el fiscal Sebastián Robles priorizaba, sin descanso, con al menos media docena de redadas infructuosas, refrendadas por la jueza de Control y Garantías, Carolina Salas.

De acuerdo con los testigos, la trabajadora sexual habituaba reunirse con amigos y potenciales clientes. Anteanoche no fue la excepción. Los unos y los otros se congregaron en cercanías de calles Gancedo y Únzaga.

Versión de los testigos

Uno de los clientes resultó un funcionario policial. Fiel al acuerdo transaccional, el efectivo habría llegado al inmueble, bebió a destajo con la “trabajadora” y tuvieron sexo pago. Nadie sabe qué pasó, pero los besos pasaron a los insultos y la mujer cortó por lo sano, expulsando a su circunstancial compañero, quien la habría acusado de “bolsillearlo“, es decir robarle dinero.

En segundos, el coche del policía terminó con el parabrisas destrozado y el cliente huyó del lugar, más por temor a la indeseada exposición, que por tenue valentía. Con el mismo “ímpetu”, emprendieron la retirada al menos ocho amigos que hacían el aguante con cervezas y posiblemente pastillas.

Lo que vino después rebosa de confusión. Furiosa, la trabajadora sexual habría hecho extensiva su ira a un joven que permanecía fuera del inmueble. En ese proceso aún no dilucidado, la mujer recogió el arma sustraída al policía e hirió al joven.

Muy delicada

La víctima fue ingresada recién 20 minutos después a Urgencias del Hospital Regional. Fue identificada como José Ramón “Cholulo” Coronel, domiciliado en cercanías de calles Juncal y Bordo del Bº La Católica.

Después de las 4.30 de la madrugada arribó al nosocomio su madre, Rita Alejandra Coronel, de 33 años, soltera, con residencia en calle Monteagudo al 300 del Bº 8 de Abril.

La mujer habría manifestado a los policías ser progenitora del paciente. Ahondó que fue una vecina quien le advirtió en forma textual: “La ‘S’ ha baleado a tu hijo y está tirado ahí”, refiriendo que la mujer es muy conocida entre los dos barrios y la acompañaría un grupo considerado de adolescentes amantes del sexo pago.

Después de recibir el testimonio de Coronel, el fiscal Robles habría requerido varios allanamientos en busca de la sospechosa, quien literalmente “desapareció” de su casa y de varios amigos que acostumbraban otorgarle “asilo” cada vez que su entorno la salpicaba en problemas policiales.

Anoche, la protagonista era buscada intensamente, pero ella continuaba lejos del alcance policial y pugnaba por abogados que la “blindaran” en contra de las esposas.

Los policías “peinaban” el escenario y los “fiesteros” lo limpiaban de miradas curiosas

Sin pausa, los policías de la División Homicidios y Delitos Complejos “peinaban” anoche varias casas de los barrios 8 de Abril y La Católica. Antes, habrían incautado drogas, ropa y otros objetos importantes para el proceso, cuya base se cimenta en un joven herido con el arma de fuego de un policía.

Los amigos de la “chica de la noche” no fueron menos rápidos que los uniformados. Se supo que ni bien el joven cayó herido de bala, iniciaron un retiro de elementos delicados para sus intereses, a sabiendas que se les venía noche, aún cuando ellos se asumían ajenos a la balacera de la “trabajadora sexual”.

Enfrente, el fiscal Sebastián Robles y su equipo realizaron pericias en la vivienda del incidente, caracterizada por la “estampa” propia de haber sido reconvertida en una especie de tugurio, apta solo para encuentros sexuales con todo tipo de excesos, describieron los uniformados a esta Redacción.

El jolgorio carnal incluía menores invitados y ahora amenaza descabezamientos masivos

Un adolescente habría aportado a los investigadores un celular con fotografías y videos, en pleno jolgorio de los protagonistas, destacándose artífices adultos y menores de edad.

Ello inquietaba anoche a todos los policías, ya que advertían una sobreabundancia de delitos: por un lado, los tiros y el jovencito herido y hospitalizado. Por otro, habría menores de edad en la “cola” para tener sexo con la prófuga, lo cual devendrían en neto “abuso sexual” y/o “corrupción de menores”.

A ello se le sumaba el presunto secuestro de pastillas y algo de cocaína, detalle nada intrascendente que atraía a los fiscales que investigan drogas, clarificaba un funcionario.

Recién hoy Robles depurará delitos y nadie descarta que dé intervención a sus pares, previo fijarse una estrategia de trabajo en un álbum o rompecabezas aún sin forma aparente, en el que la “figura difícil” renuente en ser capturada es la enigmática trabajadora sexual.

Fuente: El Liberal

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