Educación 4.0: la plataforma que detecta problemas de aprendizaje en los chicos

La educación y el aprendizaje de los chicos de niveles iniciales de la escolarización es un asunto primordial, dado que en ese lapso y durante la adolescencia, van a adquirir las habilidades y conocimientos necesarios que aplicarán en el futuro, las cuales servirán para otro tipo de competencias como las del mundo laboral y la universidad.

Por eso, durante décadas, parte de la biblioteca sobre la educación de los chicos se centró en un punto de conflicto con la siguiente pregunta: ¿por qué los chicos no aprenden? Acto seguido, los especialistas y la comunidad educativa (docentes, padres, alumnos) suman otro planteo: ¿cómo detectar esos problemas en el aprendizaje y darles una solución, tentativa al menos?

La herramienta para detectar por qué los chicos no aprenden

Estas dos cuestiones centrales parecen tener el camino allanado gracias a una plataforma diseñada especialmente para atacar el qué de la cuestión de los problemas para aprender. Se llama Banedi y permite obtener un “diagnóstico” sobre aquello que afecta al chico, para atacar el punto de conflicto y encontrar variantes para encarar la ayuda para el niño o adolescente.

Quien está detrás de esta iniciativa es Sandra Berta, una neuropediatra uruguaya que recogió el guante del desafío sobre los problemas de aprendizaje en los más chicos, algo que conoce en primera persona, en su tarea desde el consultorio. Decidió darle rienda suelta y crear una herramienta para dar respuesta a una demanda común pero no menos importante, como es la de la educación en los primeros años de escolarización.

“Trabajé más de 25 años en el Hospital Pereira Rossell de Montevideo, en el área de neuropediatría y neuropsicología, donde el 90% de las consultas eran por temas de aprendizaje”, relató Berta a Ámbito. El disparador que generó la inquietud fueron los métodos que usualmente se utilizan para este tipo de problemas, muchos de ellos “no están adaptados para la realidad sociocultural de nuestra región”, agregó.

Banedi: la plataforma para detectar problemas de aprendizaje

Hasta el día de hoy, Banedi se utiliza en Uruguay y Argentina, donde causó buena impresión. Se suman además las primeras experiencias en instituciones educativas de Perú y Ecuador.

En Argentina hay una experiencia que viene dando buenos resultados, en el Colegio Logosófico Carlos González Pecotche, de la ciudad de Buenos Aires. “Fuimos convocados a ensayar con Banedi e inmediatamente lo unimos a nuestras investigaciones. Sabemos que el docente necesita más herramientas que le permitan tener evidencias de cómo aprenden los niños”, explicó a Ámbito Marisa Docampo, vicedirectora de la institución.

Además, a finales de 2022, Banedi se usó como piloto de pruebas para experiencias en escuelas del ámbito público de la Ciudad, en una experiencia “positiva”, relató Berta.

“Banedi puede ingresar en los sistemas de educación pública de América Latina, sobre todo la versión para maestros, que es universal y está validado para usarlo en cualquier país”, aseveró. En paralelo, hizo foco en que “hay gobiernos que están dispuestos a utilizar la plataforma, dado que el costo es mínimo, pensando en el problema futuro por el gasto social”, apuntó la especialista, dado que “los niños que no aprenden se salen del sistema educativo y entran en ese ciclo del cual es difícil salir”.

Cómo funciona y qué resultados mostró

Si bien siempre se señala a la necesidad, cuando se la acompaña con ingenio y astucia, los resultados son favorables. En ese marco nació Banedi, allá por finales del 2019, cuando la pandemia no estaba en los planes de la humanidad.

“Junto a un grupo de especialistas de diversas áreas, presentamos ante la Agencia Nacional de Investigación de Uruguay el proyecto de Banedi”, relata la neuropediatra, “valorado por su objetivo de acción social, ya que permitiría ayudar a miles de niños no solo en nuestro país sino en otros países de América Latina”, sostuvo.

A principio de 2020, Banedi ya se encontraba operativo y funcionando con buenos resultados en varios colegios del ámbito privado de Uruguay, quienes apostaron por ser parte de la experiencia. Allí la pandemia jugó un rol crucial, dado que aceleró los tiempos de la puesta en marcha.

“El inicio del uso de Banedi coincidió con la pandemia. Terminamos de desarrollarla a finales de 2019 y en 2020 fue clave para el uso a escala de la plataforma”, contó Berta.

Se suele decir que no hay mal que por bien no venga, y la aplicación en tiempo real, ante las circunstancias abrumadoras que generó el Covid-19, le dio un empujón al asunto. “Inmediatamente pusimos en práctica la versión de Banedi que permite conectarse de forma remota. No fue fácil la instrumentación de esta modalidad, dado que no todos los niños contaban con medios para conectarse y los maestros no estaban acostumbrados a este tipo de tareas”, recordó la neuropediatra.

“Es una herramienta dirigida a chicos de 4 a 15 años que nos permite detectar los problemas de aprendizaje y el por qué no aprende”, definió con total simpleza pero de forma sólida Berta.

La experiencia en tiempos de pandemia

No se trata de soluciones mágicas, puesto que en la educación y el proceso para aprender nada es instantáneo ni aparece por arte de magia. El rol de los maestros y especialistas no se ve opacado. Por el contrario, es una oportunidad para potenciar el alcance de su tarea dentro y fuera de las aulas.

Justamente la plataforma está dirigida para el uso de quienes intervienen en el escenario de la educación, como docentes, auxiliares, psipedagogos, neuropediatras, entre otros, para detectar qué le pasa al alumno y encarrilar su situación desfavorable, con un panorama claro, para saber dónde y cómo atacar esa problemática que reporta el niño.

El colegio logosófico González Pecotche lleva adelante una educación que tiene origen en la logosofía, creada por el educador y pensador argentino Carlos Bernardo González Pecotche, que “educa para la vida consciente, promoviendo el conocimiento de uno mismo y el desarrollo biopsicoespiritual”, relató Docampo.

“El uso de Banedi nos abre las puertas para que podamos identificar estadísticamente las debilidades y fortalezas, así como también ver con precisión cómo el niño responde a los estímulos propuestos en un tiempo determinado”, detalló.

En ese sentido, para Docampo “a las evidencias que el docente observa que ocurren en el aula con sus alumnos”, Banedi “permite ampliar esa visión”, sumando más herramientas. En ese sentido, manifestó Berta, “agregamos en nuestra plataforma material para que el docente pueda dar una respuesta concreta a la necesidad”.

“Los baremos fueron tomados a niños de sala de 5 años y a niños de 3° grado. Trabajamos durante 2 meses y medio para poder completar la toma y luego Sandra (Berta) tuvo varias reuniones con nosotras brindándonos sus conocimientos y observaciones. Y de este modo poder visualizar con precisión los resultados obtenidos”, detalló Docampo sobre el trabajo conjunto.

Se puede decir que es un método no invasivo, puesto que no interfiere en las actitudes y aptitudes del alumno en el entorno del aula, frente al docente y sus compañeros. Con ese resultado, a partir del algoritmo que elabora la plataforma Banedi, según cada caso particular, “se cataloga en condición de no riesgo, casi riesgo o riesgo”, y a partir de allí, “determinar qué es lo que está fallando en el niño y no está pudiendo aprender”, señaló Berta.

“También se evalúa cuáles son los aspectos comportamentales para tener referencia de sus problemáticas”, agrega la neuropediatra, “dado que la concepción de las problemáticas de aprendizaje muchas veces pueden tener un factor externo, como en el núcleo familiar por ejemplo”.

Versiones de Banedi

La plataforma Banedi tiene tres versiones, todas ellas con el mismo resultado. Las diferencias residen en el lugar desde el cual se utilizan, como parte de las prestaciones de acuerdo a la necesidad, ya sea en un consultorio, un aula o en modo remoto.

Banedi estándar

Es la forma más completa de la para ser usada en consultorios, en el ámbito de la Salud. “Se hace una exploración completa en un tiempo total de 2 horas y media. Una evaluación promedio de las más usadas dura 8 horas”, señaló Berta.

En ella, el profesional tiene una computadora y el niño tiene una tablet u otro dispositivo habilitado, ya sea en forma presencial o remota a través de internet. El especialista va dando las pruebas necesarias para que el niño responda, tanto verbales como aquellas con la interacción de la tablet. “En forma automática se genera un informe parcial”, apunta Berta, “para conocer cuál es la problemática”.

Banedi Educativa

Es una versión reducida, más acotada de la estándar, aunque no por eso pierde capacidad. Está hecha para que la usen psicopedagogos que trabajan en instituciones educativas.

Banedi Maestros

Es la que viene sumando más valor por su innovación absoluta, especialmente en estos meses de regreso a la “normalidad” en el aula pospandemia. “Hemos logrado que los maestros en el aula, ya sea en el pizarrón, con el dictado o que el niño haga una composición, tomen esas tareas como si fueran pruebas neuropsicológicas”, explicó Berta.

En esas tareas, se analizan “psicocomponentes”, para conocer qué tan sólidos se encuentran los “pilares” o funciones cognitivas que están participando de esa tarea. “En base a los aciertos y errores sobre la tarea, la maestra puede ir respondiendo determinadas preguntas que permiten generar un algoritmo, sobre el cual nosotros tenemos desarrolladas las diferentes funciones cognitivas”, aseguró.

Fuente: Ámbito

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