Los forenses de los rugbiers cuestionaron la autopsia: “Da vergüenza”
Los médicos forenses Juan José Fenoglio y Jorge Rodolfo Velich, cuestionaron la autopsia realizada a Fernando Baez Sosas y aseguraron que la misma “da vergüenza”.
Velich explicó que es especialista en medicina legal por la UNLP y médico emergentólogo por la Sociedad Argentina de Emergencias. Juan José Fenoglio es médico hace 42 años, especialista en Medicina Legal, en anatomía patológica y diplomado en ciencias forenses.
“Por lo que trabajamos lo primero que nos tocó resolver es que en los casos de traumatismos de cráneo en accidentes, o estas circunstancias, la muerte es lo más raro que se produzca en el lugar del hecho. Generalmente, los pacientes llegan al hospital. Entonces nos preguntamos por qué se produjo en el lugar del hecho un paro cardíaco que generó la muerte de la víctima”, dijeron en referencia a Fernando.
“El cráneo es una cavidad cerrada y protege bien al cerebro. Por más que este deje de funcionar el corazón sigue funcionando autónomamente porque no depende de la conducción cerebral. Si esta se cortara cambia la frecuencia cardíaca, pero no se llega al paro. Esta es la base fundamental de los trasplantes”.
“No nos coincidían algunas cosas. Por ejemplo cuando leemos el informe, las consideraciones, se habla siempre de traumatismo de cráneo y también de que tenía un traumatismo de abdomen y de tórax, que está informado en un cuadro que se denomina hemotórax, pero no se informa el origen. Para eso tiene que haber una lesión que no está descrita en la autopsia”.
“El cerebro no termina además dentro del cráneo, sino que se prolonga hacia la columna cervical: la protuberancia y el bulbo raquídeo. Son importantes porque ahi está el centro respiratorio. una lesión ahi puede causar la muerte ¿Por qué mecanismo? Porque el cuerpo no tiene oxígeno entonces ahi si se puede producir el paro. En la autopsia se manifiesta que no hay lesiones cervicales”, continúa.
La autopsia se hace referencia a un traumatismo de abdomen, pero que no hay descripción del mismo. “Para lesionar el hígado y que haya sangre en el abdomen, si bien puede existir en algunas circunstancias lesiones internas sin que haya lesiones en la piel, debería haber en los músculos y en algunos otros órganos que no están expuestos. Esto nos obligó a estudiar otro tipo de lesiones que podrían ocurrir en el hígado y que no están expuestas. Esa lesión (el traumatismo de abdomen) podría ser producto de un aplastamiento del hígado que es una consecuencia de la resucitación cardiopulmonar, del RCP”.
“Es el cadáver de una persona que tuvo 60 segundos de golpes y más de 40 a 45 minutos de RCP. El RCP produce lesiones y hay que diferenciarlas. Las lesiones que le causaron la muerte son las de los 60 segundos. En el resto del tiempo aparecen otras que se deben investigar”, afirmó.
“La autopsia no explica por qué murió Fernando Báez Sosa”, sintetizó.
El perito proyecta una filmina de la autopsia. Señala el rostro de la víctima. “Esta lesión describimos en el informe como ‘lesión figurada’ porque calcan la forma del elemento que la produjo. Hay que tener en cuenta que si se calca la marca, como se ve acá, son capilares superficiales que se han roto porque, sino tendríamos equimosis”, asegura.
Hugo Tomei pregunta: “¿Cómo definiría esta lesión?”
Fenoglio responde: “La defino como un lesión leve. Para investigar la fuerza de esta lesión, si uno se toca la mejilla, hace un repliegue sobre el borde del maxilar. Por lo tanto, es muy común que en una lesión como esta, del lado interno de la boca, queden marcados los dientes. No se investigó o, por lo menos dicen, no hay. Con lo cual nos puede dar una orientación sobre la fuerza”.
Hugo Tomei sigue: “¿Eso quiere decir que se puede determinar la intensidad de un golpe?”
Fenoglio: “A grosso modo sí. Uno puede tener datos. Una trompada en el maxilar lo primero que hace es fracturar el maxilar. En este caso no se investigó”.
Fernando Báez Sosa tuvo una muerte traumática, una muerte de causa violenta. También tuvo una sucesión de lesiones que, para los que hacemos emergentología, suelen ser una pesadilla porque se suceden lesiones se inicia en un traumatismo craneano. ¿Cómo contrarrestamos la pesadilla? Ubicándonos en el lugar examinando la escena y preguntando qué pasa”, asegura.
“Fernando Báez Sosa inicia su cuadro hacia la muerte por golpes en el cráneo, de determinadas intensidades, que no quedaron claros en la autopsia. La autopsia es fundamental e irrepetible. Es una prueba pericial irrepetible por más que -en un supuesto- quisiéramos hacer una autopsia una semana después, no es la misma autopsia. Los peritos nos manifestamos por nuestros escritos. El escrito de la autopsia causa vergüenza ajena”.
“No fue la RCP la que mató a Fernando Báez Sosa, pero agravó la situación. ¿Por qué? Por la movilización”, siguió Velich.
Fuente: LaNueva