Detuvieron en Guernica al capo prófugo de una temida mafia italiana
El miércoles 26, el Departamento de Investigaciones Antimafia de la PFA arrestó a Carmine Alfonso Maiorano, de 68 años, nacido en Cosenza, acusado de ser un jefe de la mafia italiana N’drangheta. Se lo investiga por ser un supuesto enlace entre la mafia y sus operaciones narco en Latinoamérica.
Buscado por la jueza de Catanzaro Ilaria Tarantino, Maiorano fue arrestado tras meses de inteligencia policial y seguimientos a cargo del Departamento Antimafias -que depende de la Superintendencia de Investigaciones Federales- en un domicilio de la calle 128 en Guernica.
El pedido de extradición está siendo procesado por el juez federal Federico Villena, con un expediente a cargo de la fiscal Cecilia Incardona. Su captura estaba pedida al menos desde 2015: sin embargo, en enero del año 2020 tramitó su DNI en Argentina e informó su domicilio. Así lo confirmaron altas fuentes en la Justicia.
El nombre que figura en el DNI tarjeta es el de “Alfonso Carmelo”. Fuentes del caso aseguran que. curiosamente, su circular roja se publicó en el sistema el 24 de octubre último, siete años después. Dos más tarde la PFA lo arrestaba.
Maiorano tenía además otro DNI nacional, número 15 millones, con domicilios en Lanús y Santa Clara del Mar que coinciden con su documento de extranjero nacionalizado.
Sus datos revelan que, insólitamente, cobraba una pensión en el Banco Nación y estaba registrado en la AFIP desde 2013 en el rubro de venta de autos. Desde 2016 que figuraba como Instituto Nacional de Servicios Sociales Para Jubilados y Pensionados.
En el país existe desde 2020 una cooperación entre Interpol y la Policía Federal para investigar a las mafias italianas, con representantes de PFA que viajarán a un congreso al respecto en Roma en los próximos días. La N’Drangheta está investigada hace más de 15 años como una importadora a gran escala de cocaína a Europa: Maiorano, se sospecha, habría sido un articulador entre la organización y proveedores latinoamericanos.
Ese año, varios hombres acusados de ser parte de la organización fueron arrestados en Cañuelas y en Palermo, donde conducían autos Mercedes Benz y vivían vidas perfectamente legales. Tal como Carmine, todos ellos también tenían DNIs argentinos.
Giovanni Di Pietro, alias Massimo Pertini, nacido en Roma en 1956, era un hombre particularmente cruel, un histórico, lo habían buscado por el secuestro del hijo de un empresario que terminó muerto tras 21 días de cautiverio con cuatro balas por la espalda. Lo habían arrestado aquí según datos que constan en registros italianos, una detención porteña de 1990 por robo y falsificación. Giovanni tiene un DNI argentino con su nombre real, número 95 millones, con un domicilio en la calle Malabia, sin tarjetas ni cuentas bancarias a su nombre, un fantasma con un DNI perfectamente legal. Lo vinculaban a clanes dentro de la mafia, las famiglias conocidas como Belloco y Pesce, a reuniones con traficantes. Di Pietro, alias Massimo, según Interpol y las investigaciones italianas, era un enlace entre la droga latinoamericana y la N’Drangheta.
Fabio Alejandro Pompetti, otro de los detenidos de esa redada, no era italiano, sino argentino, con doble ciudadanía. Es abogado, registrado en el Colegio porteño con tomo y folio. Conformó varias empresas en la década pasada registradas en rubros gastronómicos, exportación de alimentos, tres firmas constituidas entre 1998 y 2004, con domicilios en la Avenida del Libertador, en la calle Virrey del Pino. De vuelta en Italia lo vincularon a nombres pesados, un interlocutor de pesados como Francesco Morano. “Durante años ha sido el portavoz de los proveedores sudamericanos para la ‘Ndrangheta”, aseguraron autoridades italianas que hablaron de una red de contacto para blanquear dinero y esquivar controles aduaneros. Tenía otro interlocutor, supuestamente, Carmelo Aglioti, detenido en noviembre de 2019 en un operativo global donde cayeron otros 44 sospechosos.
Ferdinando Sarago, “Il Vecchio”, “El Viejo”, había nacido en Rosarno en 1941. Logró un DNI nacional, donde simplemente se llama Fernando. Con 79 años al momento de su detención, estaba registrado como empresario en la AFIP: incluso tiene una jubilación del ANSES según registros consultados por Infobae. Tuvo una SRL que lleva su apellido, dedicada en los papeles a producir ropa con empleados a su cargo. Lo vinculan a Carmelo Aglioti, a las famiglias Belloco y Pesce, y a un escándalo interno de la mafia por un cargamento perdido de 200 kilos de polvo. “A él se dirigían para las diversas necesidades operativas y para el transporte de documentos secretos”, aseguró en ese entonces, una fuente oficial desde Italia.