La limusina blindada que trasladará a Joe Biden durante la cumbre de la OTAN
El Presidente de Estados Unidos viajará a España para participar de la cumbre de mandatarios. Cuáles son las características de este vehículo que estrenó Donald Trump y llegó a transitar las calles porteñas
Este 29 y 30 junio, España recibirá a los líderes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Serán 40 referentes internacionales y más de 5.000 asistentes que transitarán las calles de Madrid, la cual se encuentra en alerta por este evento desde este lunes. Más allá de las figuras políticas, existe un invitado especial: “La Bestia” o The Beast (como es conocida en inglés). Se trata de la limusina blindada que trasladará a Joe Biden. Cómo es y qué particularidades tiene.
Su nombre exacto es “Cadillac One”, sin embargo fue apodado como “La Bestia” por las particularidades que presenta. Según la propia embajada norteamericana, se trata de “una fortaleza sobre ruedas”, ya que cuenta con vidrios blindados y luces con visión nocturna. Pero esto no es todo, este modelo, que es es una combinación entre el Cadillac CT6 y el Chevrolet Suburban, despliega muchas otras características.
Este auto es el resultado de un desarrollo de General Motors y una inversión de 15,8 millones de dólares. El objetivo fue crear la versión más avanzada de una limusina blindada en reemplazo de la utilizada por el expresidente Barack Obama en 2009. Vale destacar que, “La Bestia” fue estrenada por Donald Trump en 2018 y que, durante la Cumbre del G20, transitó por las calles de Buenos Aires.
Cómo es la protección de “La Bestia”
Entre las particularidades que presenta esta limusina su blindaje, el cual se despliega en puertas y vidrios, puede llegar a tener un espesor de hasta 12 centímetros y resiste ataques hasta de cartuchos del calibre .44 Magnum. En tanto, sus neumáticos están recubiertos internamente con kevlar, el cual se usa en cascos y chalecos militares en pleno campo de batalla. Pero no es solo para su defensa, ya que pese a estar desinflados pueden seguir en movimiento.
Pese a que tiene un peso de 9 toneladas, su suspensión es ágil y cuenta con una alta maniobrabilidad, la cual le permite poder escapar ante posibles amenazas aunque tenga una longitud aproximada de 5,5 metros.
El motor, en tanto, funciona con diésel como una medida extra de seguridad, ya que este combustible es menos volátil y peligroso que la gasolina.
Otro de los puntos relevantes es la protección en la cabina de pasajeros, ya le permite a sus ocupantes enfrentar ataques con armas radiológicas, biológicas y químicas y sobrevivir, incluso, a un escenario posterior al estallido de una bomba nuclear. En tanto, el piso de La Bestia también está preparado para resistir a explosiones generadas por minas, granadas o artefactos de este calibre improvisados.
Sin embargo, si todo esto falla y el Presidente norteamericano se encuentra herido, en el interior del vehículo hay una reserva de sangre con el grupo sanguíneo presidencial, además de que en el baúl se dispuso un sistema de oxígeno.
En su interior, además, se disponen un gran número de armas que se encuentran listas para repeler cualquier ataque y un maletín con todos los datos que puede necesitar el Presidente para ordenar una “contundente respuesta” a la amenaza que podría enfrentar.
Pero las armas y el blindaje no son lo único con lo que cuenta este acorazado con motor. Con una capacidad para siete personas, el lujo es otro aspecto de la “La Bestia”. Entre algunas de las características que presenta se encuentra una conexión satelital permanente con el Pentágono y la sede del Departamento de Defensa, además de la vicepresidenta actual, Kamala Harris.
¿“La Bestia” eléctrica?
Pese a que existe una suerte de tradición de que cada Presidente norteamericano cuenta con su propia versión de “La Bestia”, Biden aún utiliza la estrenada por Donald Trump. Según había adelantado, cuenta con intenciones de cambiar el actual Cadillac por uno eléctrico, pero para que eso sea posible debe tener una gran capacidad de autonomía y potencia que permita al auto poder proteger a uno de los pasajeros más importantes del mundo, sin quedarse sin energía o maniobrabilidad.
El auto eléctrico cuenta con mucho peso por sus baterías y el auto presidencial pesa mucho por su blindaje, lo que realmente se transforma en un dilema difícil de resolver al evaluar los requerimientos para transportar al Presidente norteamericano.
Fuente: Infobae