El fiscal Sebastián Robles recibió amenazas al investigar el millonario robo a un empresario

El fiscal Sebastián Robles, quien investiga el millonario y violento asalto que sufrió el empresario Daniel Canllo el pasado viernes en su oficina, habría recibido mensajes y un llamado telefónico intimidante.

Los investigadores de las distintas dependencias de la policía trabajan intensamente para dar con los malvivientes que ingresaron a plena luz del día en la oficina ubicada en avenida Belgrano al 3000, amenazaron con armas a Canllo y se llevaron $ 15.000.000 y U$S 200.000.

Pese al hermetismo con que los investigadores manejan la causa, fuentes allegadas a la investigación indicaron que el representante del Ministerio Público Fiscal —quien al tomar conocimiento del asalto se presentó en la escena del ilícito y supervisó el trabajo de los uniformados—, habría recibido un extraño llamado telefónico y varios mensajes de texto.

Si bien no se filtraron detalles del contenido de tal llamada o de los escritos, se supo que al parecer un sujeto le habría dado a entender que conocía sus movimientos, como dejando entrever que podría estar vigilado. Por este hecho se podría abrir una nueva investigación penal. En tanto sobre el robo de Canllo, se supo que los investigadores trabajaron sin descanso durante las últimas 24 horas realizando un “peinado” de la zona donde ocurrió el asalto, para obtener más datos.

Análisis de cámaras

Cientos de imágenes de cámaras de seguridad de todo el radio están siendo analizadas minuciosamente por los investigadores y según se supo muchas de ellas habrían captado por completo el momento en el que los maleantes llegaban a las oficinas de la empresa de perforación de pozos de agua.

Al parecer, uno de los delincuentes podría estar ya identificado, por lo que al cierre de la presente edición no se descartaban procedimientos para atrapar a los maleantes, quienes según los investigadores tenía total conocimiento de los distintos movimientos de la víctima.

El viernes último Canllo se encontraba solo en las instalaciones de su oficina cuando dos sujetos armados entraron y le apuntaron con un arma, exigiéndole que se tirara al suelo. Allí lo ataron de pies y manos con precintos y cintas de embalar. En sólo cuatro minutos, los malvivientes tomaron una caja de cartón que contenía pesos argentinos y dentro de una bolsa de consorcio vaciaron la caja fuerte con los dólares que el empresario había ahorrado durante toda su vida. Los astutos delincuentes cubrieron sus rostros con barbijo, gorro y casco para evitar se reconocidos.

Fuente: Diario Panorama

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