Al menos 44 muertos durante un festival religioso en Israel
Al menos 44 personas murieron y unas 150 sufrieron heridas de diversa gravedad tras producirse en la madrugada de este viernes una avalancha humana durante la celebración del Lag Baomer, la festividad judía del fuego, en el monte Meron, al norte de Israel.
Según se informó, se trató del acontecimiento más multitudinario que se llevó a cabo en el país desde marzo del año pasado, cuando se declaró la crisis sanitaria mundial por la pandemia de coronavirus.
En tanto, medios locales indicaron que la separación entre las hogueras en torno a las que cantan y bailan los peregrinos durante la noche, forzada por las medidas de seguridad de la pandemia, originó cuellos de botella donde se pudo desencadenar la estampida.
Además se señaló que la mayoría de las víctimas perecieron asfixiadas en un paso de apenas tres menos de anchura que, según declaraciones de testigos, había sido cerrado por la policía por razones de seguridad.
El primer ministro Benjamin Netanyahu describió el accidente como un “gran desastre” y dijo que estaba orando por las víctimas.
El servicio médico de la Estrella de David Roja, equivalente a la Cruz Roja, informó de que los cuerpos de los peregrinos se amontonaban tras la estampida y que al menos 150 personas fueron hospitalizada, veinte de las cuales se encontraban en estado grave o muy grave.
“Aquello era el caos, todo ocurrió en un segundo. Parecía un pequeño incidente al principio. La gente simplemente cayó al suelo, pisoteándose entre sí. Fue un desastre”, dijo un testigo al diario Haaretz.
Fuentes policiales dijeron al mencionado diario que la estampida se produjo después de que algunos peregrinos resbalaran en unos escalones, “lo que provocó que decenas de personas más se cayeran”.
En la celebración decenas de miles de judíos ortodoxos peregrinan a Meron cada año para Lag B’Omer, una fiesta religiosa anual marcada con hogueras, oración y baile.
La ciudad es el sitio de la tumba del rabino Shimon Bar Yochai, un sabio del siglo II, y se considera uno de los sitios más sagrados del mundo judío.