El Gobierno le pidió a la India que libere 580.000 dosis de la vacuna Covishield de Oxford-AstraZeneca
El gobierno nacional enfrenta una segunda ola de coronavirus que preocupa por su rápido crecimiento y necesita acelerar el plan de vacunación, aunque las dosis que hay en la Argentina empiezan a escasear. Por eso, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, y la asesora presidencial Cecilia Nicolini se reunieron en la Casa Rosada con el embajador de la República de la India en Buenos Aires, Dinesh Bathia, para pedirle que se libere lo más pronto posible una partida de 580.000 dosis de vacunas Covishield que están retenidas en su país. Forman parte de la compra que el gobierno de Alberto Fernández hizo con el laboratorio de Oxford-AstraZeneca, con otras 580.000 dosis, cuyo envío arribó a Ezeiza el 17 de febrero.
Esas vacunas permanecen retenidas en India porque las autoridades políticas de ese país dispusieron su bloqueo hasta que la totalidad de su población sea vacunada. Según el reporte mundial que elabora la Universidad John Hopkins, la India es uno de los países más afectados por el COVID-19, con más de 172.000 muertes y casi 14 millones de infectados por el virus. Ayer se batió el récord de casos diarios en esa nación, con alrededor de 161.000 nuevos infectados.
La vacuna Covishield es una variante de la fabricada por AstraZeneca y Oxford, que se produce en el Serum Institute de la India a partir de un acuerdo de colaboración en el contexto de una transferencia tecnológica del laboratorio anglosueco y la universidad británica. El Estado argentino acordó la adquisición de un total de 1.160.000 dosis. La mitad se entregó en febrero y la llegada de las 580.000 restantes se esperaba para el mes pasado en un vuelo de una aerolínea privada, pero el plazo establecido no se cumplió.
Esta mañana, en la conferencia de prensa que ofreció en la Casa Rosada en la que admitió que Argentina atraviesa “un momento crítico” de la pandemia, la ministra Vizzotti había dicho respecto de la posible llegada de vacunas que no existía confirmación sobre el arribo de nuevos cargamentos. Pero la funcionaria reconoció que continuaban las negociaciones para que el plan de vacunación pueda seguir en marcha con las vacunas que se adquirieron hasta el momento. Antes del fin de semana el Gobierno aguarda que desde Rusia o desde China se pueda concretar un vuelo que traiga una importante cantidad de dosis. Igualmente prefieren no apresurarse: hasta que no haya un indicio firme no se comunicará oficialmente la llegada de más inyectables.
También ayer martes ante el principal asesor de la Casa Blanca para el Hemisferio Occidental en materia de seguridad, Juan González, el enviado del presidente estadounidense Joe Biden, el gobierno de Alberto Fernández había pedido que se liberen partidas de vacunas de Oxford-AstraZeneca que Estados Unidos retiene.
A la Argentina llegaron hasta hoy 7.266.500 dosis de vacunas entre las que se adquirieron de la Sputnik V rusa, la Sinopharm proveniente de China y las Covishield que llegaron por la adquisición al laboratorio indio y por una parte del mecanismo Covax de la Organización Mundial de la Salud. De acuerdo a las cifras que proporciona el Monitor Público de vacunación, se aplicaron 5.754.919 dosis. Como el ritmo de las inoculaciones se aceleró en los últimos 10 días, el temor de quedarse sin provisión de vacunas aumentó ya que varios distritos aseguraron que les queda muy poca cantidad para aplicar.
Respecto de la Covishield que se le reclama a la India, a fines de diciembre, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) validó el uso de emergencia de la vacuna AZD1222 de Oxford/AstraZeneca en dos dosis. Esta vacuna, la primera creada contra el SARS-COV-2 en el mundo luego de que estallara la pandemia, sirve para la inmunización activa de personas mayores de 18 años con dos dosis administradas con un intervalo de entre 4 y 12 semanas, según recomendó en primer lugar la agencia regulatoria inglesa (MHRA) al autorizarla como suministro de emergencia.
Para ello aseguró que los ensayos clínicos de Fase III demostraron que este régimen es seguro y eficaz para prevenir el COVID-19 sintomático, sin casos graves ni hospitalizaciones más de 14 días después de la segunda dosis, con la que se alcanza un 82% de protección.