Meghan Markle acusó a la realeza británica de preocuparse por lo oscura que sería la piel de su hijo
Las explosivas declaraciones de Meghan Markle y el príncipe Harry, nieto de la reina Isabel II, sobre las preocupaciones del color de la piel que su hijo Archie podría tener antes de nacer de parte de miembros de la familia real durante una entrevista concedida anoche a la presentadora estadounidense Oprah Winfrey, causaron estupor en los británicos.
En ese sentido, Vicky Ford, subsecretaria de Estado Parlamentaria para Niños y Familias en el Departamento de Educación, dijo a la cadena de televisión Sky News, que esas afirmaciones de que un miembro de la familia real estaba preocupado por el tono de piel del niño son “absolutamente inaceptables”.
“No hay lugar para el racismo en nuestra sociedad”, agregó en reacción a las declaraciones de los duques de Sussex en la entrevista y en la que Meghan reveló también que contemplaba el suicidio cuando estaba embarazada de su primogénito.
Mientras que un amigo del príncipe Harry, Dean Stott, un ex soldado de las Fuerzas Especiales Británicas, también reaccionó a la entrevista y aseguró a la cadena radial LBC que con esto ha dejado al Palacio muy mal.
Consideró también que revelar los involucrados en las conversaciones sobre el color de piel de su hijo, “sería muy perjudicial para ellos“.
Además calificó la entrevista de “poderosa, honesta y a veces, incómoda”.
Stott, que ayudó a recaudar cientos de miles de libras para una importante campaña de salud mental liderada por Harry, dijo que la parte más incómoda de la entrevista para él, fue escuchar a Meghan hablando de sus problemas.
“Ella expresó que tenía problemas de salud mental y necesitaba ayuda y nadie estaba allí para dársela”, dijo en otra entrevista, para el programa BBC Breakfast.
Mientras tanto, se espera que el Palacio de Buckingham responda a las acusaciones vertidas en la entrevista sobre todo en lo que respecta a las cuestiones de racismo y los pensamientos relacionados con la salud mental de la duquesa de Sussex
“Recaudé 900.000 libras esterlinas (1,2 millones de dólares) para la campaña de salud mental de la Fundación Real, por lo que son muy conscientes de la importancia de la salud mental, y sentir que ella no tenía dónde ir, fue muy difícil de escuchar”, agregó.
A su vez, el consultor de relaciones públicas británico Mark Borkowski, dijo que las acusaciones de Meghan eran “bastante perjudiciales para la familia real”, según consignaron varios medios locales.
Expresó que algunas de las acusaciones y percepciones profundamente personales sobre la vida dentro de una casa real podrían ser el comienzo de una guerra en los medios partiendo también de las denuncias de maltrato contra Meghan Markle de parte de algunos de sus asistentes.
En su opinión, esto también podría ser su oportunidad para dar su versión de la historia o podría ser un momento para que todo el mundo “dibuje una raya en la arena y comience a hablar y tratar de curar algunas heridas aquí, porque las heridas son muy profundas”, subrayó.
Para Borkowski de todas formas “hay muchos perdedores en esto”.
En cambio el ex secretario de prensa de la monarca británica, Charles Anson, cree que los problemas se tratarán en privado y defendió a la familia real de las acusaciones de racismo.
“No hay ni un ápice de racismo en la casa real. Recuerdo que en el momento del casamiento, cuando trabajaba como comentarista, la enorme sensación de bienvenida para Meghan y su matrimonio“, dijo al diario Daily Telegraph.
“Eso fue evidente tanto en la prensa como en la reacción de la gente y no creo que haya una pizca de racismo en eso dentro de la casa real en absoluto“, insistió
Mientras tanto, se espera que el Palacio de Buckingham responda a las acusaciones vertidas en la entrevista sobre todo en lo que respecta a las cuestiones de racismo y los pensamientos relacionados con la salud mental de la duquesa de Sussex.
En ese sentido, Anson, sostuvo que no está seguro de que vayan a responder debido a que tienden a tratar estos asuntos familiares en privado.
La entrevista se transmitió a pesar de las preocupaciones persistentes sobre la salud del duque de Edimburgo quien fue operado del corazón la semana pasada y en medio de acusaciones de que la duquesa de Sussex maltrataba al personal de la casa real.