“Me salvaron la noche”: la historia de una argentina perdida en Praga a la que ayudaron por ser del país de Maradona
Luego de la inesperada muerte y de la multitudinaria despedida de parte de miles de hinchas que se acercaron a saludarlo por última vez, el cuerpo de Diego Maradona ya se encuentra enterrado en el cementerio Jardín Bella Vista, justo al lado de sus padres, Don Diego y la “Tota”.
Y mientras el mundo del fútbol lo despide y recuerda sus goles, son miles los fanáticos que guardarán por siempre alguna anécdota que hayan tenido con el Diez. Desde saludarlo en algún lugar público hasta haber tenido la posibilidad de pedirle una foto o autógrafo.
En este contexto se viralizó en Twitter un hilo de una usuaria que recordó una ocasión en la que estaba de viaje por Europa y que, gracias a que accidentalmente dijo que era argentina, un grupo de 5 borrachos a los que previamente les tenía miedo, la ayudaron.
“Estaba en Praga sola de noche en la estación de tren. Todo siniestro. El taxista me había estafado, yo me había dado cuenta y me dio mucho miedo decirle algo”, comenzó explicando @pilargiri, cuya valija también había perdido una rueda.
Su destino era Budapest, pero no encontraba ningún cartel que le indicara cuál era el anden desde el que saldría su tren. A eso se sumó el maltrato de parte de una empleada de la boletería, que solo le respondía en checo. “En el salón inmundo sólo había 5 borrachos peleándose. Me senté a llorar”, describió.
Fue en ese momento en que los hombres se le acercaron para ver por qué lloraba y le preguntaron de dónde era. “Cuando les dije “Argentina” enmudecieron. No me olvido más de ese segundo. me empezaron a tocar como a la virgencita de Caacupé y decían “Maradona, Maradona”. Yo les trataba de decir que sólo había nacido en el mismo país que se calmaran”, recordó la mujer que hoy no duda en afirmar que esas personas le “salvaron la noche”.
Los hombres agarraron su valija y comenzaron a correr por uno de los túneles de la estación mientras ella los corría detrás sin saber si la estaban ayudando o robando. Tras unos minutos la dejaron justo en el anden del que salía su tren a Budapest. Como gesto de agradecimiento les quiso dejar una propina pero ellos volvieron a tocarla al grito de “Maradona, Maradona”.