Lucero Zavaleta Argüello; entre mil postulantes, aprobó su ingreso al Instituto de Arte del Teatro Colón
Cuando uno cree en sus fortalezas y talento, debe hacer todo para cumplir sus sueños. Y más aún cuando se es niño, los padres o afectos deben acompañar ese proceso de elección de vocaciones. Un fiel reflejo del apoyo incondicional para acompañar a su hija en su meta, es lo que hacen Nora y Hugo, papás de Lucero Zavaleta Argüello.
Hugo Zavaleta y Nora Argüello, conforman un matrimonio que le dió vuelo a los deseos de su hija, quien quería bailar. Inició con bailes pop, hasta que ingresó en el Estudio de danzas Clásicas de Teresa Nader, donde se calzó las zapatillas de punta y no quiso sacarselas más.
Lucero, participó de seminarios y en uno de ellos, un docente del Teatro Colón, Alejandro Totto la vió y quedó fascinado con las condiciones de la niña. En la segunda oportunidad que vino Totto a la provincia, pidió hablar con Nora y Hugo, a quienes les dijo que la bailarina con una mayor preparación podría entrar al Instituto de Arte del Teatro Colón.
Emocionados los tres regresaron a su casa y pensaron en el futuro. En tres días tomaron la decisión de viajar a Capital Federal. Nora renunció a su trabajo en un comercio de calzados deportivos, mientras que Hugo quedaría en Santiago, ayudando con los gastos, que son enormes.
Madre e hija llegaron a Buenos Aires. Nora buscó y encontró trabajo, en una casa de venta de electrodomésticos. Mientras tanto, Lucero quien había obtenido una beca en el estudio de Totto, junto a la bailaría Silvia Vaccarelli, comenzó a prepararse. En forma simultánea estudiaba la primaria en una escuela pública, donde recibió un Diploma por el mejor promedio.
En diciembre de 2019, Lucero debía rendir dos exámenes (el físico y el técnico) para ingresar a la carrera. Entre mil aspirantes solo quedaron tres. Uno de ellos era Lucero Zavaleta, quien aprobó el examen y cumplió el sueño de integrar el Instituto de Arte del Teatro Colón, como bailarina profesional.
“Mi mayor sueño es que mi familia me vea bailar en el teatro Colón” afirma con entusiasmo Lucero, quien en un mes más, comienza las clases en el Instituto de Arte. Además debe ir al colegio a seguir su formación educativa normal y tomar sus clases particulares de baile. Ser bailarina del teatro Colon no es una tarea fácil, ya que implica sacrificio, dedicación y preparación diaria.
Lucero Zavaleta, con sus 13 años, se convirtió en orgullo provincial porque hoy tenemos una santiagueña como bailarina profesional del teatro Colón.
Nora afirma que representa un gasto enorme todo. Desde vivir en Buenos Aires y principalmente la indumentaria de la bailarina que es costosa. “cada punta cuesta 6 mil pesos y se cambia cada 3 meses. Además de las clases particulares que tambien implican un gasto que hay que afrontar” dice. Pero emocionada y feliz porque su hija llegó al Colon afirma: “nada es imposible en esta vida. Los sueños deben cumplirse con dedicación, sacrificio y principalmente pasión. Y el amor a nuestra hija que es lo que nos mueve principalmente”.