Rocío “Dey” Díaz, la primera mujer conductora de camiones, que transportan cargas

Ser camionero es un oficio, que la mayoría cree, es competencia exclusiva de hombres. Por lo menos en Santiago del Estero, no vimos mujeres al volante, hasta hoy en el que conocemos el nombre de Rocío “Dey” Díaz, quien se convirtió en la primera mujer que recibió el carnet oficial como transportista de carga.  Es chófer profesional de camiones, es la conductora de esos gigantes de dieciocho ruedas, que recorren cientos de kilómetros para llevar todo tipo de cargas, a diferentes destinos del territorio argentino.

Rocío, más conocida como “Dey” sobrenombre que le pusieron desde niña,  con orgullo muestra lo que logró con esfuerzo, dedicación y pasión.

La energía y el entusiasmo que transmite  cuando habla y cuenta su experiencia,  es increíble, al igual que su historia. Dey, tiene 35 años, nació en la ciudad de Fernández, pero actualmente vive en Forres, junto a su esposo y su hija de 7 años. Obviamente que parte de sus días, pasa en las rutas argentinas.  

Antes de conocer específicamente como surge la iniciativa de ser “Camionera” (sin que suene  despectivo el término), la joven contó sus inicios en esta travesía. “Cuando terminé el secundario en Fernández, me fui a vivir a Mendoza. Soy la menor de 7 hermanos, ( tres mujeres y cuatro varones), uno de  ellos es camionero vive en esa ciudad y viaja habitualmente a Chile. En esas épocas viajaba con él, a quien le pedía que me enseñe a manejar y su respuesta siempre era negativa, porque su hermanita menor debía estudiar. Siempre repetía: “Este oficio no es para vos”. Yo interesada en ese mundo del transporte de cargas, estudié  para Despachante de Aduana y Agente de Transporte Aduanero, hasta que el destino me llevó a encontrarme con mi marido. Dejé Mendoza para instalarme en Santa Isabel, provincia de Santa Fe”. 

Con una gran sonrisa cuenta: “Mi esposo es camionero y con él aprendí a manejar. En un Chevrolet C60, cargábamos cereal. Me daba el camión para que entrara a los campos a cargar y yo era feliz. Recuerdo que sus compañeros que salían cargados se persignaban cuando me veían al volante (Risas).  Con el tiempo me hice conocida en su entorno, me veían sacar a lona para cargar, encarpar, entre otras tareas y  fui inmiscuyéndome  en este mundo tan complejo, pero que me daba felicidad. Mi sueño siempre fue  ser conductora profesional, pero lo dejé de lado cuando nació mi nena. Me dedique por completo a su crianza, sin dejar los viajes de lado. Hasta los 9 meses viajábamos con mi esposo. Tenía la idea fija de ser conductora, pero como era mujer, me decían “nunca vas a poder, porque es un oficio de hombres”. Pasé por varios trabajos, peluquería, venta de ropa, venta de calzados on line durante 3 años, entre otras cosas, pero nada me completaba en lo personal.  Esperaba un fin de semana largo o una oportunidad para viajar con mi marido, a quien observaba y escuchaba sus consejos. Mi papá también supo guiarme y orientarme en las rutas”. 

Dey, le imprime mayor énfasis a la frase “no me sentía completa” y repunta su entusiasmo cuando relata que “A mitad del año pasado, pasé por situaciones personales especiales, y dije que era el momento de concretar mi sueño. Hablé con mi marido, quien me impulsó y apoyó incondicionalmente, al igual que mi hija que estaba feliz de que su mamá sea una “chofera” (Risas). Primero consulté con ansiedad e incertidumbre en la Unidad Académica de ISITRANS (Instituto de Servicios Integrales del Transporte), donde la atención fue excelente y me motivaron mucho.  Pero mi duda seguía, por “el qué dirán”. No fue fácil ese proceso porque se me vinieron muchas cosas a la cabeza que me frenaron. Me decían  “no vas a poder”, “estás loca”, “es un capricho”… todo por ser mujer. Recibí críticas muy duras, que me dolieron, porque no era un capricho, ni estaba loca, era mi sueño!. Tome fuerzas y fui rompiendo esas barreras,  con la ayuda de mi marido  y mis padres. Finalmente  me decidí, volví a contactarme y me inscribí en el Curso de ISITRANS. Esa decisión fue casi secreta. No les había contado ni a mis hermanos”.

Destaca que con esa decisión pudo conocer sobre su capacidad y fortaleza: “quería aprobar en base a mis conocimientos y a todo lo que me enseñarían. Empecé el curso teórico-práctico en el Nodo Tecnológico, de 14 a 22hs. Los instructores fueron excelentes, con una calidad humana increíble.  Todo iba normal, hasta que un día interrumpen la clase,  para pedirme una entrevista desde el área del Nodo, porque  querían conocer a “la mujer con coraje” (así lo definían).  Me sentía rara, me hicieron la entrevista porque era la primera conductora profesional de Santiago del Estero. Ese mismo día llegaron autoridades al Nodo Tecnológico, junto a la Diputada Georgina Sosa para saludarme y felicitarme por este acto de valentía que tuve”.

El obtener su carnet profesional para Dey, fue un gran logro. “el último día del curso, me sentía feliz. Sin saber el resultado, si había aprobado o no, les dije a mis instructores “yo ya gane”. Porque pude luchar con los miedos, pude seguir adelante, confié en mí, aposté a ese camino que me llevaba a mi deseo. El haber roto barreras de prejuicios y el “No vas a poder por ser mujer” fue mi mayor éxito.  Finalmente saber que aprobé, me provocó una gran emoción porque sentía que había obtenido la última pieza para completar mi vida, estaba plenamente feliz”.

Ante la pregunta de cómo es un viaje en ruta sostiene: “no importa el calor o el frio, yo voy feliz arriba de esas dieciocho ruedas. Soy muy ordenada para los viajes, preparo un bolso con la ropa necesaria para los diferentes climas y dias. Llevo alimentos no perecederos para cocinar y mi compañero fiel es el mate. Recuerdo que con mi marido una vez nos tomamos 38 termos de agua hasta llegar a destino (risas). Es verdad que  perdemos muchos momentos de la vida, días festivos, fines de semana, no tenemos horarios para almorzar, cenar o descansar,  pero sé que a donde vaya  las estrellas son mis guías y el silencio de la noche mi compañía. Sé que en donde esté, ver salir el sol, es descubrir una nueva oportunidad para ser feliz, para luchar,  para sonreír o llorar”.

La mujer que le imprime energías nuevas al volante reafirma: “por rutas largas, caminos olvidados o con gran movimiento yo voy…  dispuesta a seguir en esta lucha, con esta locura increíble. Esto es lo que elegí, esto es lo que amo, es una profesión grandiosa. Mi sueño esta cumplido. Me costó llegar, pero pude resistir, me permití soñar, volé con mi imaginación en cada viaje, lo Intenté y lo logré, sin saber que ese logro venía con algo extra: ser la primera Conductora Profesional de Santiago del Estero. Ojalá más mujeres santiagueñas se animen a cumplir sus metas. Pueden contactarse conmigo, y a las empresas que contratan, mi mensaje es que rompan los estigmas. Que nos den la oportunidad para involucrarnos y crecer en forma conjunta haciendo lo que más nos gusta”.

Para concluir Dey resalta: “A pesar de que algunos ven como algo raro a una mujer al mando de un camión,  están otros hombres que se alegran, nos  felicitan y respetan. A nivel nacional somos más las mujeres que elegimos este oficio de ser transportistas. Somos los que llevamos el país adelante,  porque nuestra tarea es abastecer al país”.

En estos momentos, Day trabaja junto a su esposo, pero está a la espera de una propuesta laboral que le permita demostrar que es una “excelente profesional”. Tuvo ofertas laborales desde Venado Tuerto pero por ahora quiere seguir viviendo en Forres, donde está su familia. Cuenta con el “CBO y LiNTI al día de cargas generales. Psicofísico Apto”. Por cualquier información su mail es Deydiaz42@gmai.com.

“Lo maravilloso de un trabajo es hacer lo que nos hace felices. Entonces no es un trabajo es un elección de vida que nos hace sentir plenos”. Dey Díaz.

Cuando recibió su certificación como Conductora profesional de transportes de carga.
En el camión se siente plenamente feliz.
Lista y ordenada con las provisiones para cada viaje.
Una conservadora con agua es esencial.
No importa el clima cuando se tiene que trabajar.

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