Terrible accidente y milagro en el sprint de F2 de Austria
Un nuevo y estremecedor accidente en la Fórmula 2 volvió a poner de relieve la importancia del halo, el dispositivo de seguridad que protege la cabeza de los pilotos y que desde 2018 es obligatorio en todas las categorías de monoplazas de la FIA. Esta vez, el protagonista fue el británico Luke Browning, quien milagrosamente salió ileso tras un fuerte choque en la carrera sprint del Gran Premio de Austria, disputada este domingo.
El incidente ocurrió en la segunda vuelta de la competencia, cuando el francés Sami Meguetounif intentó una maniobra arriesgada en la frenada de la curva 3, uno de los sectores más exigentes del trazado. En su intento por adelantar a Arvid Lindblad, Meguetounif se tiró por adentro sin espacio, subió al piano y parte del terreno, perdió el control de su Dallara y colisionó con el auto del piloto de Red Bull. Las ruedas se engancharon y el monoplaza del francés voló, dando un giro en el aire y cayendo de cabeza sobre el auto de Browning.
Gracias al halo, construido en titanio grado 5 y capaz de soportar toneladas de carga, el impacto no afectó directamente al piloto británico, que pertenece a la academia de Williams. De no haber estado ese sistema, el golpe habría sido directo en la cabeza y, muy probablemente, con consecuencias fatales.
La carrera se interrumpió de inmediato con bandera roja y la transmisión oficial evitó mostrar repeticiones del accidente, un procedimiento habitual cuando se teme por la salud de los pilotos. Tras varios minutos de tensión, finalmente se supo que tanto Browning como Meguetounif estaban en buen estado, lo que trajo alivio generalizado en el paddock.
La competencia estuvo detenida durante 30 minutos por la limpieza de la pista y la remoción de los autos involucrados. El episodio recuerda el legado de Charlie Whiting, histórico director de carrera de la F1 y principal impulsor del halo, fallecido en 2019. Su lucha por imponer el sistema ha salvado la vida de varios pilotos en los últimos años: Romain Grosjean, Fernando Alonso, Charles Leclerc, Guanyu Zhou… y ahora Luke Browning.