Una batalla por amor: la lucha de Silvia por su hija adoptiva

Por Lorena Ojeda Rojas – Abogada y escritora

La risa inocente de una niña resonaba en el aire mientras Silvia hablaba por teléfono. Su pequeña, alegre y juguetona, se hacía notar:

—Mamá, mamá, ¡me encantan mis pinturas! —dijo con entusiasmo— ¡Mirá, me estoy pintando!

—¿Con quién hablas? —preguntó la niña.

—Con Lorena —le contestó Silvia—. ¿Querés saludarla?

La niña se acercó, saludando con la dulzura típica de su edad:

—Hola, ¿cómo estás?

—Bien, estoy jugando con mis pinturas —contestó, con entusiasmo—. Estoy con mi mami.

Ese momento de complicidad mostraba el vínculo profundo entre Silvia y su hija. Sin embargo, ese sueño de ser madre, que parecía haberse hecho realidad, pronto se vio envuelto en una complicada batalla legal.

Silvia, una docente de esta ciudad, había esperado años para recibir la oportunidad de adoptar. En diciembre pasado, finalmente le llegó la noticia de que su solicitud de adopción había sido aceptada para una niña de 2 años y 7 meses, quien estaba bajo la tutela del Estado provincial. Hasta ese momento, la pequeña había estado al cuidado de una familia de acogida temporal, cuyo papel es transitorio y no les permite adoptar a los niños que cuidan. Pero la familia de acogida no quería dejar ir a la niña, generando un conflicto inesperado.

La jueza de Familia de 2ª Nominación había dispuesto que la vinculación entre Silvia y la niña se realizara de manera gradual, bajo la supervisión de profesionales. El proceso avanzaba favorablemente, y en febrero, se autorizó que la pequeña se mudara con Silvia. Sin embargo, la familia de acogida presentó recursos legales para interponerse, incluso argumentando que la niña debía ser entregada a la hermana de la mujer que la cuidaba.

Tras varios intentos judiciales, en mayo la jueza otorgó la guarda preadoptiva a Silvia, basándose en informes de los organismos encargados de velar por el bienestar de la niña. La pequeña ya había encontrado en Silvia una figura materna y un hogar estable, familia, primos, tíos, abuelos. Un colegio, compañeros… una institución , dónde Silvia, su mamá era su tutora. No obstante, el matrimonio de acogida interpuso un recurso ante el Superior Tribunal de Justicia, intentando revertir la decisión.

El Tribunal ordenó apartar a la jueza original y asignar el caso a una nueva magistrada, quien dictó una medida cautelar para que la niña fuera devuelta temporalmente a la familia de acogida mientras se resolvía el conflicto. Silvia, devastada, presentó un recurso para evitar la separación.

La desgarradora expresión de Silvia fue “quieren arrancarme a mi hija”, “Esta medida es injusta, mi hija y yo estamos unidas, y ahora quieren que vuelva a un lugar del que ya había salido. Ella me llama ‘mamá’, busca mi compañía todo el tiempo, y no puedo imaginarme su dolor si nos separan”.

Silvia ha contado con el apoyo de su abogada, la Dra. Silvana Perrén, quien argumenta que la familia de acogida había sido excluida del listado autorizado debido a irregularidades. Además, presentó una recusación contra la jueza de 3ª Nominación, señalando parcialidad en sus decisiones. Ahora, será otro juez quien decida sobre el futuro de la niña.

Mientras tanto, la pequeña sigue con Silvia, disfrutando de los momentos cotidianos que para ambas son tan valiosos. Madre e hija continúan construyendo su vínculo, a la espera de que la justicia respalde el derecho que tienen a seguir juntas.-

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